DON ORESTE BENZI, ENAMORADO DE DIOS Y DEL HOMBRE
12 etapas durante 12 meses
A partir de septiembre de 2024, durante todo el periodo previo al centenario del nacimiento del padre Oreste Benzi, publicaremos cada mes un estudio en profundidad sobre algunos de los temas que marcaron su vida, 12 etapas que nos pondrán frente a la concreción de sus opciones y de su amor entusiasta y desbordante por Dios y por los hombres.
Enamorados de los jóvenes, de los descartados por la sociedad, enamorados de la dignidad de cada mujer así como de la bondad que hay en cada hombre, aunque haya obrado mal; enamorados de la misión, de una Iglesia en salida, pobre entre los pobres. Enamorados de Jesús, pobre y siervo.
Un encuentro con Don Oreste no un fin en sí mismo, sino provocador para nosotros, para nuestro hoy, para las elecciones que estamos llamados a hacer en nuestro tiempo. Don Oreste, un profeta todavía y siempre incómodo…
Septiembre de 2024
Enamorado del sacerdocio «¡Mamá, me voy a hacer cura!».
El 7 de septiembre de 1925, el padre Oreste nació en el seno de una humilde familia campesina. A los siete años, oyendo a su maestro de primaria presentar la figura del sacerdote, tuvo una intuición fulgurante: ¡hacerse sacerdote! A partir de entonces, vivirá esta llamada de forma abarcadora y alegre, sin pensárselo dos veces, como el don más hermoso que ha recibido en su vida. Llevará su mortaja en todos los contextos y ambientes, allí donde el Señor le haya conducido, permaneciendo ante todo y siempre sacerdote.
«Una vez me preguntaron en una conferencia de jóvenes por qué me había hecho sacerdote. Respondí: ‘No le diré por qué me hice sacerdote, pero le diré que me hago sacerdote cada día'».
Contemplativo de Dios entre los más pobres
En este folleto hemos recogido algunos textos de sus escritos o informes, en los que el P. Orestes habla de cómo entendía y vivía la misión sacerdotal.
La especialización del sacerdote: ¡tener el corazón de Cristo!
En este archivo de audio, él mismo nos deja entrar en su corazón de sacerdote, compartiendo con nosotros el secreto íntimo de su ser sacerdote. Este breve audio fue extrapolado de una meditación durante un retiro espiritual, el desierto comunitario de julio de 1998.
Octubre de 2024
Enamorados de los jóvenes ‘El corazón de los jóvenes de hoy late por Cristo’
Curioso, siempre dispuesto a escuchar y aprender, emprendedor, entusiasta, siempre abierto a nuevos retos. Sin miedo a ir allí donde se encuentran los jóvenes. El P. Oreste supo sacar lo mejor del corazón de los jóvenes, dándoles una confianza incondicional para cambiar el mundo, apuntándoles siempre al más allá, al infinito, pero con las manos firmemente ancladas en los asuntos humanos.
«Las masas de jóvenes nunca estarán con nosotros si no nos ponemos a su lado para revolucionar el mundo y hacer sitio en nuestro interior. Los corazones de los jóvenes de hoy laten por Cristo, pero hacen falta quienes sientan ese latido.»
¡Dejad paso a los jóvenes!
En este escrito que data de diciembre de 1996, pero que sigue siendo de sorprendente actualidad, el P. Orestes expresa toda su pasión por ofrecer a los jóvenes un encuentro decisivo con Jesús.
Jóvenes, rebelaos y haced nuevos cielos y nueva tierra
En este breve fragmento de una homilía comunitaria del 28 de octubre de 1990 volvemos a escuchar la voz vigorosa y apasionada de don Oreste dirigiéndose a los jóvenes para que elijan amar y trazar un nuevo rumbo en la historia.
Noviembre de 2024
Enamorado de los desechos de la sociedad ‘Donde estamos nosotros, allí están ellos también’
A lo largo de su vida, Don Oreste fue un apasionado defensor de la dignidad de toda persona, especialmente si era marginada, explotada, pisoteada. Su lucha por el reconocimiento de los derechos fundamentales a la vivienda, la salud, el trabajo le llevó a implicarse personalmente en ocupaciones públicas y manifestaciones, luchando por cambiar leyes injustas. Dando voz a los sin voz.
Siempre abierto a todas las llamadas de socorro que encontraba, vinieran de donde vinieran y de la situación que fuera, tenía una especial predilección por los más pobres y los más pequeños.
«Empezamos a cuestionarnos las razones que nos hacían decir ‘no puedo evitarlo’;
y vimos que nos correspondía cambiar a nosotros mismos para dar cabida a los rechazados, excluidos, marginados. Así nació algo nuevo».
De dónde surge la marginación
En este artículo publicado por primera vez en la revista mensual Sempre en enero de 2009, el P. Oreste, de manera lúcida y directa, señala cómo la causa principal de la marginación es la falta de reconocimiento de la dignidad de cada hombre, del hecho de que cada hombre es portador del bien del otro. Sólo cuando reconozcamos que nos pertenecemos unos a otros dejarán de existir entre nosotros los descartados.
Amigo de Jesús y amigo de los pobres
El 25 de marzo de 1997, con ocasión del funeral de Michel, responsable durante muchos años del Belén de Rímini, el P. Oreste pronunció una emotiva y meditada homilía. En este breve fragmento de audio habla de Michel, pero es como si hablara de sí mismo, haciéndonos partícipes de su manera de sentir y acoger a los pobres.
Diciembre de 2024
Enamorado de compartir con franqueza ‘Demos una familia a los que no la tienen’
¡No dejéis que nadie sufra solo! Este fue el imperativo que marcó la vida del padre Orestes: tú y yo somos uno en Cristo. ¿Cómo hacerlo? Abriendo la propia casa, soldando la propia vida con la vida de alguien en dificultad, haciéndose cargo de su situación, siendo una familia con él, con ella. Es el camino del compartir directo.
«El retorno a Dios de tantos jóvenes que encontramos en nuestras realidades de vida no se debe a nosotros, ni siquiera a los pobres, sino a la forma de compartir directa que vivimos con nuestros pequeños, que es capaz de desencadenar esta revelación de Dios y hacer creíble a la Iglesia. Sí, el compartir es el billete de credibilidad de la Iglesia».
El pijama de Roberto
En este artículo de 1993, el P. Oreste nos dice que compartir directamente significa ponerse dentro de la herida de los que están solos, de los que son defraudados en sus derechos, de los excluidos, de los inútiles. Entonces también nosotros seremos «heridos» y nos haremos uno con ellos. Pasaremos de la representación a la pertenencia, de la asistencia al compartir.
El secreto del reparto directo
«Con los pobres hay mucha, mucha gente. Algunos se preguntarán qué tenemos de especial. Todos los que están con los pobres hacen grandes cosas, pero yo quiero revelaros el secreto que lleváis dentro». Así comienza el breve audio que os proponemos, extraído de la homilía pronunciada por el P. Oreste el 29/05/1993 en la Basílica de Loreto, con ocasión del 20 aniversario de las casas familia de la Comunidad. Junto a él estaba Marino, antiguo interno de un hospital psiquiátrico, el que desencadenó la urgencia de abrir la primera casa familiar.
Enero de 2025
Enamorados de la justicia y la paz ‘Hay que hacer insoportable la injusticia’
Don Oreste ha perseguido una acción constante y enérgica para remover las causas que determinan todo tipo de injusticia. Ha luchado junto a los últimos por el reconocimiento de sus derechos, ha llevado a cabo acciones públicas de presión y protesta, se ha reunido con políticos y cargos institucionales en busca de herramientas siempre nuevas, creativas y no violentas, para dar voz a los sin voz. Se ha atrevido con acciones por la paz en lugares de guerra y conflicto, luchando siempre contra la indiferencia y la resignación de quienes se lavan las manos y cierran los ojos y el corazón ante el dolor de los oprimidos.
«No es posible hacer las paces con la injusticia. Con el hombre que comete injusticia siempre tendremos una relación fraternal, pero cuando nuestro corazón hace las paces con la injusticia significa que estamos en connivencia con ella y nos hacemos corresponsables de ella nosotros mismos.»
Ha llegado el momento de organizar la paz
Don Oreste no temía dirigirse directamente a los dirigentes del Gobierno. En mayo de 1994, publicó una carta abierta al recién nombrado Primer Ministro, Silvio Berlusconi, en la que planteaba por primera vez la propuesta de crear un Ministerio de la Paz. Treinta años después, esa petición aún no ha sido atendida y la campaña para su realización sigue activa y cuenta con el apoyo de numerosas organizaciones, asociaciones y movimientos (véase la página web: www.ministerodellapace.org).
«La sociedad actual es violenta. En ella, la guerra es estructural. Este ministerio debería coordinar una política de paz de todos los ministerios existentes; un ministerio transversal para organizar la paz».
La lucha por la justicia
«La lucha por la justicia nace de sentirse solo en la soledad de los solos, maldito en los malditos, hambriento en los hambrientos, despreciado y rechazado en los rechazados. Viene de un misterio mucho más profundo y de una necesidad de derribar verdaderamente la situación de falsedad en la que vive el mundo, de apariencias, de fachadas que no hacen más que cubrir una opresión ignominiosa».
Fuertes palabras, que volvemos a escuchar en este audio extraído de la conferencia pronunciada por Don Oreste el 06/12/1987 en la apertura de las Tres Jornadas Generales de la Comunidad, reunidas en Rimini. «Nunca profesamos la lucha por la lucha, sino sólo para que nuestro compromiso no violento no cese hasta que nuestro hermano sea liberado».
Febrero de 2025
Enamorado de la vida, don de Dios ‘Correr donde la vida se hiere
Al ponerse del lado de los pequeños, de los últimos, de los indefensos, don Oreste empieza por el principio, la fase intrauterina de la vida humana, porque es la que hoy corre más riesgo. Cada ser humano que acaba de ser engendrado es único, ningún otro nacerá como él, ni siquiera de los mismos padres. Por eso debe ser reconocido como persona, como ser único e irrepetible; y para conseguirlo, primero hay que mantener vivas las conciencias.
Don Oreste no dudó en actuar con todos los medios a su alcance y lo hizo como un testigo creíble, auténticamente libre de cualquier postura puramente ideológica, con su mirada amorosa dirigida hacia las madres y sus hijos.
«La vida humana iniciada tiene en sí misma el derecho de evolucionar y madurar. Es incapaz de defenderse: la destrucción de la vida iniciada es una violencia terrible. Tal violencia, sin embargo, es conveniente, por lo que se llama un derecho: el derecho a matar. El aborto es uno de los muchos hechos que hacen monstruosamente visibles las contradicciones de una sociedad en la que el hombre es lobo para el hombre.»
¿A qué se dedica?
A esta pregunta, formulada al final de una conferencia sobre el valor de la vida y la necesidad de poner fin al aborto, el padre Oreste tuvo que admitir que no hacía nada, que se limitaba a pronunciar discursos. A partir de ese momento, sin embargo, no dejó de correr allí donde le llamaban para salvar una sola vida, luchando con todas sus fuerzas para romper el silencio y la indiferencia tan extendidos en torno a este drama. Nos lo cuenta en este texto extraído de su libro más famoso Con questa tonaca lisa.
«Lo que me sorprende es el silencio de tantos: ¡ojalá todos los cristianos se levantaran contra tanta violencia! Me gusta una frase de Martin Luther King: ‘No temo la maldad de los malvados. Temo el silencio de los honestos».
¡No puedo callarme!
«Ya no se oye el grito del Padre: ¡estas criaturas son sus hijos! Yo no callo, pues si callo estoy de acuerdo con los asesinos: ¡soy cómplice!».
En este breve fragmento de audio de la homilía pronunciada el 25/10/1997, Don Oreste expresa con fuerza la urgencia de alzar la voz para reiterar la necesidad de reconocer la dignidad inviolable de la persona humana desde el seno materno. Incluso a costa de ir en contra de quienes quieren acallar este grito.
Marzo de 2025
Enamorado de su comunidad parroquial ‘Párroco y padre de un pueblo
De 1968 a 2000, durante 32 años consecutivos, el padre Orestes fue párroco de la «Resurrección» de Rímini. Lo hizo poniendo en práctica una pastoral innovadora, estableciendo una de las primeras comunidades de sacerdotes que vivían juntos y en la que la parroquia pertenecía realmente a todos los feligreses. La construcción de la guardería (primera necesidad sentida por la población), las comunidades de calle, la presencia en las fábricas, la cercanía a todos: así es como Don Oreste salió de la sacristía y fue a anunciar a Cristo entre la gente, valorando a los laicos y haciendo que todos redescubrieran la llamada a ser pueblo, pueblo de Dios.
«Solía pensar en la Iglesia como en un edificio. Crece piso a piso. Luego llegas al final y pones el tejado. En cambio, me di cuenta de que la Iglesia es como una planta. Hay que alimentarla continuamente. El día que no se la alimenta, muere. La comunidad parroquial es una realidad viva, que exige una presencia continua. El que tiene más gracia debe dar más».
Un pueblo que camina junto
‘Siempre nos hemos movido por los problemas de nuestro pueblo. Tantos problemas que parecen pequeños, pero que son grandes porque son importantes para quienes los viven. En primer lugar, acudimos a todos. Segundo, juntos afrontamos los problemas que la vida nos presenta, una y otra vez. Tercero, juntos tratamos de resolver esos problemas, realizando aquellas acciones que nos parecen adecuadas e importantes». Don Oreste explica las opciones pastorales que marcaron el camino de su parroquia en esta entrevista de principios de los años setenta.
¡Ten corazón de pastor!
El P. Orestes era un sacerdote habitado por Cristo Pastor, que alimentaba en su corazón «los mismos sentimientos que Cristo Jesús». De este corazón inflamado por el fuego del amor, descendía ese deseo irresistible de dejarse desgarrar por Cristo y por los pobres, sin peros, empezando por su comunidad parroquial. Comentando el pasaje evangélico de Marcos, Don Orestes, en este breve audio extraído de su homilía del 20/07/1985, habla de sí mismo, de su ser párroco y pastor. «Esta es la sustancia de mi camino: tener un corazón de pastor, el corazón de Cristo».
Abril de 2025
Enamorados de una nueva sociedad, la sociedad libre ‘Construyamos nuevos mundos de vida
Don Oreste maduró con el tiempo una visión revolucionaria de la sociedad, en su opinión la única que puede salvar a la humanidad de la destrucción, acuñando incluso su nombre: sociedad de los libres. Repetía que la sociedad actual no puede cambiarse ni reconvertirse: ¡esta sociedad debe ser sustituida! Es necesario dar vida desde abajo a «mundos alternativos», fundados en un sistema de relaciones interpersonales basado en la gratuidad, pequeñas semillas capaces, sin embargo, de afectar a los mecanismos perversos de la sociedad del beneficio a nivel económico, financiero, sociopolítico.
«En la sociedad de los libres, no temeremos nada porque cada uno de nosotros no piensa en sí mismo, sino que piensa en los demás; cada uno de nosotros siente que todo su trabajo para tener lo necesario para vivir, no es para sí mismo, sino que es para todos. ¿Incluso para los vagabundos? Sí, para todos… ¡incluso para ellos!».
¿Puede existir una nueva humanidad?
En febrero de 1985 Don Oreste publicó un editorial en Sempre titulado: Invertir en lo libre el camino del cambio. Es el primer escrito en el que podemos captar los conceptos que más tarde constituirían la base de su propuesta más revolucionaria. Veinte años después, en una entrevista de mayo de 2004, Don Oreste esboza este nuevo tipo de sociedad alternativa a la del beneficio y expone por qué cree en la sociedad gratuita. ¡Dos documentos para leer!
Otro mundo es posible en la medida en que haya quien lo quiera
‘Hay que sustituir esta sociedad. Hace falta una verdadera revolución: yo desde luego no la veré y lo siento, pero la verdadera revolución la tenéis en vuestras manos. No busquéis excusas ni ‘historias’. Creo que la sociedad gratuita es posible en la medida en que haya quien la quiera».
En una reflexión realizada durante el foro interno de la Comunidad sobre la sociedad gratuita, celebrado en Rímini los días 17 y 18 de mayo de 2003, Don Oreste recuerda la responsabilidad de cada uno en la realización del cambio necesario. He aquí un amplio extracto de la grabación de audio. En la sección «Temas» del sitio puede descargar la transcripción completa del discurso.